miércoles, 4 de abril de 2007

A Dora

Te fuiste sin decir nada

Callada, mirando al alba

Rayo de luz que anhelabas.

Quise acariciar tu alma

Y chispar en tí la inquietud de vivir.

Ahora duermes tranquila

Embriagada de nostalgia

Y con un sabor sin fin.

Sus brazos ahora te acogen

Con un suspiro eterno

Lleno de paz

Hoy es un día especial, es el cumpleaños de mi Tía Dora, a quien quiero mucho. Y aunque no esté presente físicamente en su fiesta, segura estoy que llegará su alma a embriagarnos de amor. Donde quiera que estés tía Dora, este día es en tu honor. No tienes idea de lo mucho que extraño tus bobadas, tu niñerías, porque fuiste una niña hasta el final. En tí vi el amor a nuestros semejantes, la entrega por los demás aunque no fueran de tu familia. Aprendí de la inocencia y la injusticia, de la lucha y el desamor. Aprendí que la tristeza mata. Aprendí tanto de tí, que ahora comprendo que tu misión seguramente se cumplió.

Recibe un fuerte abrazo Doris.

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