Últimamente extraño que alguien me diga... ¡ya está listo el desayuno!. Desde que dejé mi casa de soltera, dejé de escuchar eso.
Ahora yo soy la que digo esa frase, y me gusta hacerlo, lo disfruto mucho.
Pero la neta sí es una de las cosas que me gustaría volver a escuchar. Recuerdo que cuando iba a la primaria y me quedaba en casa de mis abuelos, no podía faltarme un té, un jugo, un licuado y todo preparado por mis abuelos. Y mi madre no se queda atrás, todavía cuando estaba en la universidad me dejaba un lunch!!! ah que tiempos.
Las personas que ya no viven con sus padres, seguro entienden de qué les estoy hablando.
Ni hablar... ahora me toca a mí consentir a los demás.
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