Donar sangre

Les confieso que tengo un particular disgusto por ver sangre y venas, creo que ésto lo desarrollé cuando me operaron a la edad de 5 años por un lipoma en mi espalda.
Varias anécdotas puedo contarles de cuando me sacan sangre para hacerme análisis o cuando alguien me platica de accidentados. Me pongo mal, muy mal.
Sin embargo desde ayer, me propuse para ser donadora de sangre, específicamente de "plaquetas". Los que conocen mi problema seguramente pensaron que estoy loca, pero ganó más mi deseo de ayudar a los que quiero que mi fobia por ese líquido rojo.

Hoy acudí a las 6 de la mañana al Banco de Sangre del Centro Médico Siglo XXI, ahorro mis comentarios sobre la actitud del personal y los recursos con los que laboran.
Ya se han de imaginar la cantidad de trámites, personas e indicaciones que sólo te confunden y complican tu lógica y sentido común.
En fin, pese a eso, algo y no se qué, hizo que estuviera demasiado accesible a cada una de las peticiones del personal.
Al momento de entrar al cubículo para que sacaran un poco de mi sangre y la analizaran antes de la donación de plaquetas, recibo un inesperado comentario : que yo no era apta para donar.
Ni siquiera me hicieron el análisis, pero bastó que le dijera al enfermero que si me regalaba un algodón con alcohol antes de que me picara, pues solía mariarme mucho. Sentí una mirada de enojo e inmediatamente retiró de mi brazo la liga y me dijo que no podía donar, ya que el proceso para las plaquetas requeria de estar conectada a un aparato durante 1 o 2 horas para separlas.
¿Qué, qué? en ese momento pensé la trillada frase "por algo pasan las cosas". La verdad no creo que hubiese soportado ni diez minutos.
Mi experiencia de esto es que por mucho que quieras ayudar, cuando no tienes las herramientas para hacerlo, sólo queda en intención.
Aprendí la diferencia de donar sangre y donar plaquetas y que para la próxima mejor me informo y no le juego al valiente.
Pero, los que no sufren de estas rarezas como yo, vayan a donar.